martes, 31 de marzo de 2009

La casa del río



Lucía era una nena de 8 años, muy introvertida, alegre, se puede decir que tenía un espíritu único, lo cual la caracterizaba ya que ante cualquier situación ella automáticamente recurría a una sonrisa muy particular que todo lograba solucionar. Sin embargo, luego de la separación de sus padres, esa sonrisa había desaparecido, como si alguien hubiera arrancado de ella esa integridad infantil y alegre.
Este hecho llevó a Lucía a la situación de mudarse con su madre a un pueblo alejado de la ciudad llamado Tusco, lugar al cual Lucía no quería ir ya que entendía esa mudanza como una separación con sus cosas, con seres queridos, con su mundo.
Verónica, la madre de esta niña, compró un casa cerca de un lago muy particular, rodeado de hojas marrones y troncos secos, parecía como si siempre perdurará el otoño, como si ninguna otra estación pudiera entrar; un lugar que transmitía mucho frio, tristeza, por momentos pareciera que alguien te estuviera vigilando. Sin embargo, esto no evitó que Verónica realizara la compra, ya que ella decía que eso no afectaría ni a ella ni a su hija.
Al terminar la mudanza, Lucía y su madre se dirigieron al río para ver si eran ciertas las cosas que se rumoreaban en el pueblo. Verónica cuando llegó sintió una presencia que no le deba confianza, por lo tanto le dijo a su hija que iban a irse a la casa porque había muchas cosas por hacer todavía.
En la casa, Lucía fue a su cuarto mientras su madre cocinaba la cena. Luego de un largo rato, Verónica buscó a su hija pero no logró hallarla; muy desesperada salió corriendo afuera de la casa y con unos gritos muy espantosos comenzó a gritar el nombre de su hija, por instinto maternal,
se dirigió al río, y logró ver a su hija sentada en la punta llorando desconsoladamente; tras un largo grito, Lucia corrió a los brazos de su mamá, la cual con voz alterada le preguntó por qué se había ido sin antes pedirle permiso a ella, Lucía con sus ojos llenos de lágrimas le dijo que nunca había tenido tanto miedo, que una nena con un largo vestido blanco y con una muñeca en la mano la había llamado desde la ventana de su cuarto. A la madre esto la sorprendió mucho porque cerca de esa casa no había vecinos que pudieran tener hijos, por lo tanto, le preguntó si había hablado con esa nena y de dónde había salido tal niña, a lo que ella respondió que cuando la vio por la ventana, la nena le hizo señas para ir a jugar, ella salió y la empezó a correr, dijo que la nena se dirigió al río y al llegar a éste la miró con un rostro único lleno de lágrimas y odio, y rápidamente se tiró al río, y no la volvió a ver. Luego de dicho testimonio, Verónica llamó a la policía para informar lo que había pasado, esta última llegó hasta la casa a tomar declaración mientras prefectura buscaba en el río el cuerpo de la nena, luego de horas y horas de trabajo no lograron encontrar ni un rastro de la misma. Dijeron a la madre de Lucía que cómo iba a guiarse por dichos de una nena de tan solo 8 años, a lo cual Verónica respondió que su hija nunca mentía. Esa noche ni la niña ni la madre pudieron dormir A la noche siguiente, Lucía se levantó llorando y corrió al cuarto de su madre gritando "Mamá ayudame, la nena me quiere llevar con ella, mamá la nena se quiere vengar conmigo", Verónica se levantó inmediatamente y le dijo que eran pesadillas, que se acostara, que mañana iba a estar todo bien, Lucía le dijo que era un fantasma esa nena que se llama Judith Corthursi, que tenía 8 años igual que ella y que su padre la había ahogado en ese río luego de haber matado a su madre. Verónica retó fuertemente a su hija y le dijo que era de muy mal gusto inventar esas cosas, que no había motivo para que lo hiciera. Lucia le dijo, con sus ojos hinchados de tanto llorar que no era mentira y que si no se iban, su padre iba a matarlas a ellas también.
Al otro día, Verónica habla con una vecina y le cuenta sobre hecho, dio la casualidad de que tal vecina había conocido el caso, y le aconsejó al igual que el fantasma que se fueran lo más pronto de esa casa, también le dijo, que esa casa al igual que el río estaban malditos, que nadie en el pueblo comentaba ese caso porque ya había habido muchos casos iguales al suyo, y casos que no se habían podido salvar. Verónica, ese mismo día, informó a las autoridades del lugar, personas que no hicieron caso a sus declaraciones y que la acusaron de loca. Luego esta mujer decidió ir a su casa y hacer sus valijas junto a su hija y mudarse inmediatamente.
Es hasta el día de hoy, que Verónica se pregunta qué hubiese ocurrido si no hubiese hecho caso a su hija; y a su vez se pregunta si lo del fantasma de la nena asesinada pro su propio padre
había sido verdadera o un simple rumor de pueblo, el cual su hija al pasar habría escuchado y eso llevó, junto a toda la situación por la que había atravesado, a inventar estas apariciones con objetivo de volver a su lugar.

DAIANA SALVADOR

8 comentarios:

lucas dijo...

Buen blog de historias...

ustedes sigan escribiendo, yo seguire leyendo.

grasias.

Liliana Arroyo dijo...

gracias Lucas por leernos, haremos lo posible por mantenerte como lector

Anónimo dijo...

Felicitaciones a los escriben...!! me gusta la gente que cuenta historias y mas si son jovenes inquietos como Uds. Adelante...
Angela

Anónimo dijo...

FELICITACIONES A LOS CHICOS Y A LILI POR LA INICIATIVA!!! MUY INTERESANTE!!!
MUY BUENAS LAS HISTORIAS...!
CONTINUEN ASI...
MARA M

Anónimo dijo...

Cuánta imaginación! Felicitaciones!
Teresita

Third World Gozque dijo...

Muchachos:

Que trabajo tan fino y sutil en toda su presentación y escritura. LOS FELICITO!!

Desde Bogotá, Colombia, les mando un saludo y el mayor de los ánimos para que sigan haciendo cosas tan buenas a tan corta edad.

QUE ENVIDIA!

Anónimo dijo...

Cómo evolucionaron como escritores!!! Si la autora me lo permite voy a leer este cuento a los chicos de 9no año.Espero la autorización y felicitaciones!
Patricia

Anónimo dijo...

Muy buena. Qué imaginación!! Expriman su creatividad y continúen produciendo.
Marisa Andreoli