lunes, 20 de abril de 2009

Ronco por la noche…




Era una fresca noche de invierno, estaba en el club de rugby en la fiesta de 15 de una compañera, con amigos, familiares de ella y otros desconocidos. La fiesta estaba terminando cuando se hicieran las cinco y media o seis de la mañana, no recuerdo bien pero el horario era más o menos ese.

Con mis amigos recordábamos una vieja historia sobre que de entre los árboles, a la madrugada se solía escuchar los ladridos de un perro ronco, viejo, que había muerto años atrás. Por decirlo de alguna manera era “el perro del club”. Los jugadores lo habían criado desde chico, y quedó ronco de viejo que estaba.

Con mis amigos estábamos sentados en unos troncos caídos en un espacio semi-vacío en el medio de una arboleda cercana a las instalaciones del club. Hablábamos de la vida, como es costumbre en nuestros espacios de recreación filosófica. La distancia respecto del lugar era la necesaria para oír la soledad y el movimiento de las ramas de los árboles provocado por la brisa que corría. El ambiente del lugar, era probablemente, el perfecto para que el perro se nos apareciera.

La discusión estaba llegando a su fin cuando decidimos volver a Madryn caminando, y fue entonces donde creímos haber oído el ladrido de un perro ronco, ladrido de perro viejo, como si se esforzara para hacerlo. Enseguida dimos media vuelta y fuimos a ver que pasaba, pero no encontramos nada.

Nos pusimos de acuerdo en terminar la investigación y continuar la vuelta a Madryn. Hasta ahora no hemos vuelto en busca del animal, aunque quizás hayan sido alucinaciones dada la hora y el cansancio, pero quien sabe, no?...


Julián Moreteau

5 comentarios:

Liliana Arroyo dijo...

Una nueva visita para escuchar el ladrido ronco, podría ser una linda salida grupal, no?

Anónimo dijo...

Gracias por compartir con nosotros tantas historias chicos! Félicitations!!
Teresita

chii dijo...

si profe estaria muy copado!

Aylu dijo...

yo no me voy a sacar las dudas hasta no ir todos juntos de noche a ese lugar, proximo finde programado ya sabemos, muy buena historia julii

Liliana Arroyo dijo...

Propongo salir a buscar fantasmas durante una luna llena de octubre o de noviembre